Se acabó el baile,
la ciudad duerme ahora a nuestros pies.
Tuvimos la magia entre las manos,
el secreto del mundo,
la poesía más bonita.
Cantamos alrededor de una hoguera,
saldamos deudas
y ardieron deseos en cada curva de tu cuerpo.
Pero hoy,
ya solo tenemos una historia por contar.
Soñamos con ser diferentes
pero somos iguales que los vecinos del 1º,
nos desgasta la rutina
y morimos con cada noche sin mar.
El viento se ha llevado mucho
y ha dejado sólo un cuerpo cansado.
Ahora espera una travesía por el desierto,
y con un poco de suerte
tocará actuar en una nueva función.
1 de enero de 2013