Por fin os dejo por aquí un poema, empezado hace casi dos años y terminado hará cosa de un par de meses. Habla de aquel París de sueños y revolución que ardió a finales de los años 60 y también de una historia de amor. Esperaré vuestros comentarios con mucha ilusión después del tiempo de ausencia. Abrazos!
He levantado la
alfombra del salón
y he encontrado
un montón de sonrisas,
de palabras
pronunciadas por nuestros labios
cuando el alcohol
no era remedio a la nostalgia.
He encontrado
unos versos irregulares,
medio muertos en
una vieja libreta
de cuando París
nos regalaba sol y lluvia,
de cuando el Sena
era nuestro nido.
Hablaban de ti, y
de tu pelo volando
cayendo sobre mi
pecho.
Hablaban de mi, y
de mis errores,
hablaban de
nosotros, de nuestro milagro.
El mundo vivía en
revolución,
teníamos los
sueños quemando en la piel,
teníamos las
palabras más bonitas,
teníamos recetas
y quizá la solución.
Entre
gritos y pancartas
en cada una de
las calles,
tus besos, tus
caricias eran la mejor arma
para soñar en
mañana, para crear un mundo nuevo.
Fuiste la
esperanza de la victoria,
la promesa de una
noche estrellada y eterna.
El motivo para
conquistarlo todo,
eras mi
revolución.
Pero desde ese día, desde ese avión,
solo han crecido
las arrugas en mi corazón,
las
manifestaciones acabaron
y también el
camino de tus dedos en mi espalda.
Te
marchaste y todo ese sueño quedó huérfano.
Poco después aquel París de la Comuna y la Sorbona
acabó vencido,
volvió el gris matando los colores de la calle
y el ron se
convirtió en mi mejor amigo.
Y ahora, ya viejo
recuerdo tu
nombre algunas tardes de lluvia
y a veces el
latir de aquellos gritos
bailando bajo mis
costillas.
noviembre 2011 / abril 2013