3.Tantas cosas
Si te vas,
los árboles del parque seguirán creciendo,
pasará este otoño.
Se unirán dos nuevas soledades,
se dirán mentiras,
seguiremos locos.
En el Metro sonreirás dormida camino de clase
y yo como siempre quizás llegué tarde.
Seguiré cerrando bares y recuerdos.
No aprenderé nunca a retirarme a tiempo.
Dormiré en la calle, besaré otros fuegos.
La ciudad en tu ausencia seguirá creciendo,
devorando vidas, haciéndolas humo.
Otros cumplirán los planes que trazamos, que no terminamos,
haciéndolos suyos.
Seguirás llorando en algunos cines,
olvidando todo aquello que aprendiste.
Nacerán mil niños y nuevas canciones, y quizás alguno,
quizás, lleve tu nombre.
Nuevos simulacros, nuevas confesiones.
Si te vas,
los árboles del parque seguirán muriendo
y también mi fe.
Seguiré olvidándome las llaves al salir de casa,
y quizá en tu piel haya quien esconda allí su cansancio,
todos sus temores, o quizás sus labios.
Tantas, tantas cosas seguirán pasando,
que quizás las cosas no nos cambien tanto.
Tantas, tantas cosas.
Tantas, tantas cosas.
Pero si te vas, estos días serán
esa sucia y vacía franja de playa
que queda cuando tú te has ido, cuando el mar se aleja y la marea baja.
Yo estaré cansado y quizá más viejo,
maldiciendo estos días muertos.
Tantas, tantas cosas seguirán pasando,
que quizás las cosas no nos cambien tanto.
Tantas, tantas cosas.
Tantas, tantas cosas.
(Ismael Serrano)
4.La ciudad parece un mundo
La ciudad me mira con tus ojos,
las calles llenas de cansancio.
Esperando una nueva batalla,
todo sigue igual, como lo dejamos.
Un mar de otoño se muere en la acera,
la soledad me espera fuera.
Los parques abrigan oscuros
a niños sedientos de nostalgia.
Se mienten, se abrazan desnudos,
lloran y el sexo les abrasa.
Yo también dije esas mentiras.
Hoy no me pidas que las repita.
La ciudad parece un mundo
cuando se ama a un habitante
y hoy la ciudad nos enseña
que no soy ni seré tu mejor amante.
La ciudad parece un mundo
cuando se ama a un habitante
y hoy la ciudad nos enseña
que no somos ni seremos nunca los de antes.
De noche las camareras,
que ignoran mi existencia,
a las que amo,
me sirven una cerveza
y alardean de los hombres que han devorado.
Malditas todas las mujeres que me han herido,
que me han negado.
Regreso a todos los lugares en los que te amé
loco y borracho,
el oscuro bar donde yo te convencí
de que mentir no era tan malo.
"No pienses en él esta noche
y dime que me amas, que él no te oye".
La ciudad parece un mundo
cuando se ama a un habitante
y hoy la ciudad nos enseña
que no soy ni seré tu mejor amante.
La ciudad parece un mundo
cuando se ama a un habitante
y hoy la ciudad nos enseña
que no somos ni seremos nunca los de antes.
(Ismael Serrano)
(Ismael Serrano)
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