dilluns, 30 d’abril del 2012

VENCIENDO LA RUTINA


Me gustaría contarte, no sé, que el mundo hoy ha amanecido pintado de colores, que el camino al trabajo ha sido dulce, acompañado por el canto de los pájaros, y que el sol de la mañana ha tostado suavemente mis mejillas, con ese toque tan agradable propio de la primavera.
Ahora que, como cada noche, me preguntas que tal mi día, me gustaría contarte historias llenas de vida, hacerlo con euforia, peripecias heroicas, propias de un aventurero casi loco, de un jinete sin caballo... Pero ya ves, nada más puedo regalarte una sonrisa triste y mostrarte mis manos llenas de rutina, tan vacías cada atardecer, tan gastadas de sueños no cumplidos, tan tímidas por miedo a más heridas. Observo pasar el día tras el cristal de la ventana, el sol recorre su camino, la plaza hierve y se calma, se duerme y vuelve a hervir. De vez en cuando en la iglesia de enfrente algún funeral, rara vez alguna boda. No puedo adornar mi día con bonitos detalles, ni con más gotas de ilusión.

El autobús me deja camino de tu casa cuando ya el cielo se ha teñido de oscuridad, y los kilómetros pesan en la espalda. Te regalo una leve caricia, los destellos de un cuerpo cansado y poco más... Pero sabes? Deja por un momento callar el ruido e imagina el mar. Su suave baile con cada ola, con cada beso que regala a la arena. Dejame llevarte conmigo a pasear descalzos por la orilla, sobre el suelo húmedo; las palmeras al fondo, el infinito ante nosotros. La esperanza de un futuro mejor erizándonos la piel, como la amable brisa, y la promesa temblando en tu boca. Y porque no? No tenemos prisa y nos podemos tumbar, cómodos, con la arena corriendo por la espalda, tu mano coge fuerte la mía, y ahora no hacen falta las palabras, podríamos venderlas a gramos, en este instante ya tenemos nuestro lenguaje, podemos aligerar el equipaje, y cambiarlas por cuatro cocos, tal vez un refresco dulce.

Por detrás de nosotros se va poniendo el sol, el cielo naranja se va volviendo azul oscuro y quizá sea el momento de marcharse, de coger de nuevo ese tren imaginario. Mañana volverá a sonar el despertador temprano, y estaremos de nuevo perdidos entre tanta rutina, pero a lo mejor, cuando todo parezca derrumbarse podremos cerrarlos ojos, y recordar esta playa, y esperar a encontrarnos cuando ha caído el sol para de nuevo hacer una escapada, cogido de tu mano.


Abril 2012

14 comentaris:

Unknown ha dit...

Creo que lo bueno de la rutina es que nos impulsa siempre a buscar la manera de evitarla, de encontrarle un costado de imprevistos...
La mirada tras el cristal, esa inevitable costumbre en donde nacen todos los deseos de planear huídas y volar a las "playas del sur" donde el cielo naranja se refleje en nuestros rostros.
Hermoso, Joan!

Anònim ha dit...

En medio de tanta rutina , pensar así como tú e imaginarse esa playa , ese mar , esas olas , las palmeras , el refresco , la brisa y tu piel , es extraordinario ! :)

Anònim ha dit...

La necessitat de trobar un oasis fa més fàcil la rutina, cal abraçar la vida per no oblidar que existeixen capsvespres a l'altre cara de la moneda.

Anònim ha dit...

Ah!!! L'anonim anterior era jo :-)

La Tata!!!!!

Anònim ha dit...

A lo largo de tus palabras, has conseguido que la rutina deje de serlo. Gracias y un beso. Muackkkkk

Unknown ha dit...

I el q mai ens robarà la rutina sirà la capacitat de somiar desperts =)
Una aferrada, Joan =)

Vivian ha dit...

A mí no me vendas palabras feas, eh…¡Véndeme esdrújulas que suenan armoniosas! ¿Hay rebaja para los amigos/as? Sólo tengo un coco…(seco)

Me encantó el comienzo, íbamos tann bien. Volaba en la descripción y en la imagen. Luego esa ternura, tratando de romper la rutina…qué sé yo, no sé, eso podría contarte Joan. ;)
Lo importante es que respiras, mañana será un nuevo día.
Un beso ( y un coco)

Laura ha dit...

Es tan importante desconectar y pasear por esa playa imaginaria o no de eternos atardeceres. Y tan importante tener una mano a la que aferrarse cuando el día ha sido largo y rutinario...

Nunca dejes de practicar esa otra rutina que te aleja de los días grises.

Encantada de pasar por aquí, Joan.

Dcamps ha dit...

Ya lo decían en aquella vieja película en blanco y negro: "El mundo se derrumba y nosotros nos enamoramos". Y si, suele pasar, que entre tanto escombro, tanta rutina, tanto fin del mundo, uno encuentra alguien que le cambia la visión de las cosas y espanta los miedos.

Una abrazo fuerte Camps! que desde este lado del mundo las cosas no son tan distintas.

Raquel Llopart ha dit...

Cuando la rutina empieza a pesar, es señal de que no estamos conectados con nosotros mismos. Cuando uno se amiga con la rutina, y empieza a jugar con ella, y en ella juega, y juega,de a poco se vuelve liviana, y por momentos desaparece...
Hermoso relato, que nos saca de nuestra rutina, gracias!!!
un abrazo

Iréz ha dit...

La rutina es algo que no podemos evitar, pero podemos evitar que nos consuma. Dando toques de espontaneidad, y sonrisas al día, y a la gente que nos rodea.

Siguen encantadome tus palabras, Joan.

Un abrazo !

Fabiana Andrea Molina ha dit...

A veces me da bronca que seamos tan asi con la rutina, es tan difícil buscarle la vuelta y que sea mas suave con nosotros! Nos falta optimismo o no sé, si queremos playa vayamos a la playa y ya!!!

Besos!!
Fabi

Nacho López Murria ha dit...

Caballero. No suelo hacer estas cosas, pero bueno, para eso está la amistad blogger. La semana que viene reestrenamos la última obra de mi compañía de teatro. Te dejo aquí el evento y el trailer.

Moltes gràcies:

Evento: https://www.facebook.com/events/260126667416635/

Trailer: http://www.youtube.com/watch?v=2lEJE1p8YAE&sns=fb

Mica ha dit...

A veces los sueños son el mejor lugar para cumplir nuestros sueños, sin embargo aunque la rutina sea insipida, y tenga gusto amargo, quizas con tu cuota de dulzura podes darle un toque magico. buena entrada!