Me gustaría que está foto estuviera en blanco y negro. Sería una buena noticia, sería sinónimo que en España se viviría sin miedo y en una verdadera democracia. Pero por desgracia es una fotografía a todo color, de esta misma semana, y por eso no he querido hacerle ningún retoque de color como acostumbro con las imágenes de mi blog. La realidad debe servirse tal como es. También me hubiera gustado poder estar en Madrid, al lado de una lucha pacífica por una democracia mejor. Pero fue desde la distancia geográfica y la proximidad sentimental que esbocé este poema, de noche, subido en un bus tras el trabajo, de regreso a casa y abrumado por las noticias.
Vuelvo a casa de noche,
en estos días en que el otoño
nos obliga ya al pañuelo y la chaqueta
mientras el mundo se derrumba
y en Madrid el pueblo toma la calle.
Siempre los mismos golpes,
siempre los mismos tiranos.
Nos atan las manos y nos tiran al mar.
Nos escupen y nos quitan los kleenex.
Pero cada día tengo el mismo sueño,
la certeza que terminaremos venciendo.
Al final el semáforo se pondrá en verde,
ya verás.
Saldrá tenue el sol tras las montañas,
y yo llegaré al refugio de tu pecho.
Finales de Septiembre 2012