dijous, 22 de setembre del 2011

JUSTÍCIA AMERICANA


Sabia de la notícia, però avui l'he llegit a fons. No tinc prou temps per actualitzar el blog amb un escrit explicatiu, així que potser per primera vegada copiaré i enganxaré tal qual la notícia del passat aquesta matinada, de elpaís.com i signada per la Yolanda Monge.
Poc més puc afegir; el país que s'autoproclama com el gran defensor de les llibertats encara assassina amb pena de mort, i ho fa amb orgull. I no només això, sinó que també ho fan encara que no existeixin proves, i si ets de raça negre encara semblen disfrutar més emprant el dit arbitràriament.


[...] Davis se mantuvo sereno hasta el final. Sólo parpadeó sincopadamente cuando los medicamentos que pondrían fin a su vida comenzaron a recorrer su flujo sanguíneo. Pero antes de que eso sucediera, el hombre de 42 años que llevaba desde los 20 encerrado en el corredor de la muerte dejó oír su voz. Mirando a los familiares del policía que la justicia asegura que asesinó a tiros en 1989, Mark McPhail, proclamó, por última vez, su inocencia: "Soy inocente". "Yo no lo hice. Siento mucho su pérdida. Pero yo no maté a su padre, hermano o hijo".

En la sala estaban presenciando la ejecución el hijo de McPhail y su hermano. El hijo presenció todo el proceso inclinado hacia delante en su silla, sin dejar de mirar, sin volver ni una sola vez la cabeza ni cerrar los ojos, según relataron los periodistas que asistieron al ritual de la muerte legal que aplican 34 Estados de la Unión. El hermano se mantenía con la espalda pegada a la silla. No asistió la madre a pesar de que aseguró que lo haría. Sí habló para algunos medios después de que el Supremo anunciase, cuatro horas después de prorrogar la ejecución, que no había impedimento legal para matar a Davis. Anneliese McPhail manifestó lo que ya había dicho muchas otras veces, que deseaba la muerte de Davis y que ya había esperado demasiado. Preguntada si podría vivir feliz y tranquila con la muerte de Davis atajó la cuestión sin ninguna sombra de duda: "Por supuesto". No es un caso aislado. El actual Gobernador de Tejas, Rick Perry, aspirante a candidato a la Casa Blanca en 2012, declaró hace menos de dos semanas en un debate que vivía muy tranquilo con las 234 sentencias a muerte que ha firmado. Él y la audiencia que le escuchaba en directo, que rompió en aplausos ante la mención del dato.

Davis tuvo esta madrugada palabras para todos. Para sus carceleros y verdugos, a los que dijo que esperaba que Dios se apiadara de sus almas por el acto erróneo que iban a cometer pero a quienes también encomendó su alma al Altísimo. "Que Dios les bendiga". Para sus familiares y amigos, hacia quienes pronunció frases consoladoras y que llamaban a no cejar en la lucha de probar su inocencia. "Seguid trabajando, indagad, buscad pruebas que hagan justicia a mi caso", solicitó. El precepto de la duda razonable -fundamental para un veredicto de culpabilidad- ha quedado violado esta noche, cuando se quitó, de forma legal, la vida a un hombre sobre el que siete testigos, no uno ni dos, siete, se han retractado sobre la acusación que hicieron en un primer momento. Demasiadas dudas para practicar tan definitiva -sin vuelta atrás- decisión: matar a un ser humano.

2 comentaris:

Laura ha dit...

No tinc gaire a dir... Vaig signar totes les ciberaccions que em van arribar i no va ser suficient. Com és possible?Mai ho entendré, que un pais occidental, al capdvant del món, encara mantingui la pena de mort.
En fin... Després van de "grans democratitzadors del món", dels salvadors dels països amb les llibertats per desenvolupar encara.
Que no saben allò de "se predica con el ejemplo"?

Iréz ha dit...

Dentro de 10 años, cuando se haya realizado otra "investigación", dirán que era inocente. Bien, lo era. Lo es. ¿Algún medio para resucitarlo? Devolverle esos 21 años de prisión....en fin. Hay cosas de esta vida que jamás llegaré a entender.